Nuestra lista de deseos para 2024

Empiezan las festividades que anuncian la culminación de 2023, y mirando hacia atrás, vemos complacidos que cumplimos otro año fortaleciendo al Observatorio de Inversión Privada, llevando nuestros datos y experiencia a los territorios, y promoviendo conexiones y alianzas a diferentes niveles para mantener la apuesta y atención sobre el rol del sector privado como constructor de paz en las regiones más afectadas por la violencia y la pobreza en Colombia.

Este año, por ejemplo, llegamos a nuevos territorios promoviendo espacios colaborativos de la mayor relevancia para regiones como Arauca, visibilizando sus necesidades y demandas ante el gobierno nacional; participamos activamente en diversos espacios temáticos como la “Cumbre de Inversión Social Privada” y “Soluciones Duraderas para víctimas del conflicto armado”; así como en numerosos encuentros para promover una de las mayores apuestas del gobierno nacional: el mecanismo de Obras por Impuestos.

Todo este despliegue buscaba difundir los datos que en estos años de trabajo hemos consolidado y analizado para producir recomendaciones que permitan la transformación de los territorios de la mano de un actor clave: las empresas, de todos los sectores y tamaños. 

Por eso, para 2024, queremos que como país podamos unirnos en torno a la construcción de paz y la superación de brechas, para lo cual proponemos:

  1. Trabajar en una visión estratégica de desarrollo para los territorios:

La Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz publicó recientemente un informe sobre la Política de Paz Total, en el cual mencionan que, aunque se ha desescalado el conflicto armado, han aumentado los secuestros y las extorsiones, así como los asesinatos y amenazas a reclamantes, líderes de restitución de tierras y de la reforma agraria en regiones como Córdoba, que es uno de los epicentros de la Reforma Agraria. 

Esta situación nos hace temer que el discurso de la paz se enfoque en las cuestiones de seguridad que, si bien son apremiantes, restan atención al desarrollo de acciones diferenciadas de construcción de condiciones habilitantes en las regiones más afectadas por la violencia y la pobreza. 

Una verdadera transformación implica priorizar los ecosistemas productivos y fortalecer capacidades como las de logística y de abastecimiento, para que dichos territorios puedan avanzar en el cierre de brechas. Esperamos que con acciones como la reciente actualización del Plan Maestro de Transporte Intermodal (PMTI), se avance no solamente en el mejoramiento de la infraestructura, sino en aspectos como la conectividad, la competitividad y la reindustrialización.

2. Promover más acciones de fomento diferenciado:

La situación de los territorios más afectados por la violencia y la pobreza en Colombia, sean estos ZOMAC, PDET o territorios de paz, debe abordarse con un enfoque personalizado. Que el Acuerdo de Paz, por ejemplo, haya incluido el capítulo étnico como una dimensión central para entender las raíces del conflicto armado, es un ejemplo tangible de la trascendencia de este llamado a la diferenciación.

Por ello, en dichas regiones deben implementarse acciones diferenciadas para el fomento de sus economías, como nuevas formas de crédito, unificarse la oferta de programas de apoyo empresarial y facilitar las compras públicas con empresas que se encuentren radicadas en el territorio, por mencionar algunos casos. 

3. Generar un régimen tributario para la reconstrucción:

¡Qué gran aporte y cuán beneficioso sería para las regiones que se desarrollara un régimen tributario especial para ellas, pensado en que puedan disponer de alivios y recursos que permitan su reconstrucción! 

Sabemos que desde entidades como el Departamento Nacional de Planeación se promueve la misión de descentralización y que la institucionalidad para la implementación del Acuerdo de Paz busca fortalecer la participación del sector privado, por lo que tiene todo el sentido que se promuevan medidas con un verdadero efecto transformador como mecanismos tributarios que incentiven y compensen los costos a empresas que hacen presencia en las regiones, diseñar un mecanismo de flexibilización y/o apoyo parafiscal a trabajos formales de mipymes en los municipios, fortalecer mecanismos como Obras por Impuestos y Obras por Regalías, o modificar las reglas de compensaciones e inversión ambiental obligatoria para promover soluciones basadas en la naturaleza en territorios en reconstrucción.

Queremos que el 2024 sea un año hito en la implementación del Acuerdo y la construcción de paz para Colombia. Desde el Observatorio seguiremos apostando por la promoción de la inversión privada en las regiones más afectadas por la violencia y la pobreza, el diálogo y la concertación para el cese de la confrontación con los grupos armados y el empoderamiento de las comunidades alrededor de proyectos que respondan a sus necesidades y promuevan la transformación de realidades que, tras siete años de la implementación, siguen dolorosamente recordando la urgencia de la paz. 


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Por un 2024 lleno de oportunidades para las regiones y de avance en la construcción de paz.

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