Transformación productiva en clave de economía campesina  

El pasado 2 de junio se celebró el día del campesino, una fecha para conmemorar la importante contribución e incidencia del campesinado en aspectos como el ordenamiento del territorio alrededor del agua, la seguridad alimentaria, la transformación productiva y la justicia social, por citar unos ejemplos.  

En Colombia existen distintas disposiciones del orden nacional y territorial para proteger la labor de las diversas organizaciones campesinas. Ejemplos de normas del orden nacional son la Ley 160 de 1994, que establece las zonas de reserva campesina como herramientas para la planificación del uso del territorio y la promoción de la economía campesina, o la Ley 731 de 2002, que incluye disposiciones relacionadas con el mejoramiento de la calidad de vida de las mujeres rurales. 

Más recientemente, el Plan Nacional de Desarrollo 2022 – 2026 estableció la creación de la Comisión Mixta Nacional para Asuntos Campesinos, la cual será una instancia de interlocución y concertación para la articulación de políticas públicas con el gobierno nacional, y el apoyo para el fortalecimiento de los Territorios Campesinos Agroalimentarios y los Ecosistemas Acuáticos Agroalimentarios, entre otras territorialidades campesinas. 

El Plan también dispone otras cuestiones de interés para el campesinado, como que las entidades estatales pueden celebrar Asociaciones Público - Populares con personas naturales o entidades sin ánimo de lucro que hagan parte de la economía popular y comunitaria, y que la entidad contratante deberá apoyar y acompañar trámites como, por ejemplo, la facturación electrónica y los registros y certificados fitosanitarios. Adicionalmente, se establece que, en situaciones de emergencia y desastres, las entidades públicas podrán comprar de manera directa productos agropecuarios de pequeños productores agrícolas y campesinos que hayan sido afectados y donarlos al Fondo Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres. 

Celebramos que este Plan incorpore disposiciones en favor de la transformación productiva y el desarrollo económico de las organizaciones populares, comunitarias y sociales en el campo colombiano. Sin embargo, las acciones que se emprendan deben considerar algunos aspectos que el Observatorio de Inversión Privada también ha recogido a manera de recomendaciones: 

 

  • Hemos insistido en la necesidad de promover mecanismos para ampliar la participación de las regiones más afectadas por la violencia y la pobreza, como los municipios PDET, en las compras estatales. Disposiciones como las mencionadas representan una oportunidad para dinamizar las economías de estos territorios y, de hecho, en los encuentros realizados por el Observatorio en los territorios se han expuesto los esfuerzos que realizan los empresarios con entidades como el SENA y las universidades para atraer talento y promover la investigación en temas agrícolas, principalmente.  

  • Es preciso el desarrollo de capacidades para el trabajo en la ruralidad y el apoyo institucional para que se conviertan en opciones atractivas para los jóvenes y las empresas que pueden vincularlos. En esa medida, hemos recomendado acciones en ese sentido, como promover esquemas que permitan aliviar la carga parafiscal de las empresas en los municipios más afectados por la violencia y la pobreza. 

  • Si bien el desarrollo de ecosistemas productivos tiene una valiosa oportunidad en las actividades agropecuarias, las nuevas generaciones tienen derecho a desarrollarse profesionalmente en áreas distintas que representan una oportunidad para los territorios, como las relacionadas con la industria de servicios (salud, comunicaciones, turismo, transporte, logística, entre otros).  

Para el Observatorio, la economía campesina es un aspecto de interés y estudio por el análisis que realizamos al rol del sector privado como transformador de las realidades en los territorios con la implementación del Acuerdo de Paz y la reforma rural integral, y adicionalmente, por la importancia del campesinado en la política pública de Paz Total. Seguiremos resaltando que las diversas organizaciones populares, comunitarias y sociales en el campo colombiano, y en general la asociatividad territorial, son determinantes para lograr la transformación efectiva de territorios y el cierre de brechas económicas y sociales. 

 

Anterior
Anterior

El storytelling llamado “paz” en la nueva legislatura que comienza 

Siguiente
Siguiente

Diálogos de empresas y paz para el gobierno del cambio