Angelica Arango, belleza única y natural 

Por: Angelica Arango 

Mi nombre es María Angélica Arango, soy de El Bagre (subregión del Bajo Cauca del Departamento de Antioquia), y esta es la historia de mi emprendimiento.  

Me encontraba viviendo en la ciudad de Medellín y, por motivos personales, decidí regresar a mi ciudad natal. Allí, decidí comenzar mi propia empresa. Mi sueño era tener un centro estético, que no solo se enfocara en la belleza física, sino que me permitiera promover el amor propio y la autoestima de nuestros clientes y de quienes estén a nuestro alrededor.   

La lucha por lograr mi emprendimiento apenas comenzaba. Como no tenía los recursos suficientes, solicité y conseguí préstamos, y fue así como abrí mi centro de estética. Con el paso de los días pude ver que la gente estaba creyendo en mí, en mi negocio, en mis servicios, ¡me estaba yendo muy bien!  

Observar que la gente creyó en mí y en lo que estaba haciendo, me impulsó a seguir creciendo. Por eso decidí continuar invirtiendo, implementar nuevos servicios y ofrecer una atención con mayor calidez humana a mis clientes.  Cumplir mis metas me dará la oportunidad de generar más empleo, y sé que puedo lograrlo, pues ya pasé por el reto más grande: decidirme a emprender. 

Si bien es cierto que emprender es complejo, lo es mucho más mantener nuestro negocio a través del tiempo, y esto solo se logra con trabajo incansable y lucha constante hasta obtener lo que hemos soñado. 

Con tesón, dedicación y esfuerzo he llevado mi emprendimiento al punto donde nos encontramos hoy. En todo este proceso he tenido bastantes retos, dentro de ellos, la coyuntura de la pandemia, el tiempo de cierre, luego el proceso de postpandemia que también ha sido complicado, e implicó volver a replantear el negocio, atraer y ganar nueva clientela... puedo decir que ha sido como un nuevo renacer, ha sido un trabajo constante y dedicado, logrando que vuelvan a creer y que confíen en mis servicios. 

Mi sueño no para aquí. Mi plan es seguir creciendo, mejorando y luchar por mi meta que ahora está enfocada en abrir nuevas sedes dentro y fuera del municipio. Iniciar algo nuevo siempre nos da miedo, nos asusta... Sin embargo, no fui la excepción. Pero vencí mis miedos, me arriesgué con todo y poco a poco voy hacia adelante.  

Emprender no es fácil, pero cuando se tiene un sueño y una meta clara encontramos la forma y los medios para lograr lo que anhelamos.   

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