Lecciones empresariales de Obras por Impuestos

Por: Natalia Celis, Luisa De la Cuesta y Felipe Zarama | Equipo de Construcción de Paz de la Fundación Ideas para La Paz


¿Cuál es el balance de Obras por Impuestos? Esta forma alterna de pagar el impuesto de renta ha resultado ser un mecanismo atractivo para las empresas, cuya participación viene en aumento desde la primera vigencia. El cupo de 250.000 millones —el cual, para la vigencia de 2022, fue doblado en monto— se usa año a año casi en su totalidad. Sin embargo, además de ser atractivo para las empresas, cabe preguntarse si este mecanismo es estratégico para la paz.

La Fundación Ideas para la Paz (FIP), con el apoyo de la Embajada de Suecia, publicó el informe Obras por impuestos, ¿estratégico para la paz? Evolución y futuro del mecanismo. Partimos del análisis de los proyectos aprobados (la distribución geográfica de las obras, la concentración en algunos sectores o líneas de inversión, así como el tipo de empresas que han participado) y lo complementamos con entrevistas y conversaciones que tuvimos con un grupo de empresas que tienen experiencia significativa con el mecanismo.

El pasado jueves 8 de septiembre, la FIP compartió con representantes del sector empresarial, la cooperación internacional y fundaciones empresariales hallazgos y reflexiones que arroja este análisis de las primeras cuatro vigencias (2018-2021). En este espacio, además de presentar y discutir el documento, recogimos perspectivas que tienen las empresas frente al presente y futuro del mecanismo, así como algunas expectativas que tienen sobre este en la coyuntura de inicio de un nuevo gobierno. A continuación, presentamos algunas de las reflexiones que resultaron de esta conversación.

En primer lugar, las empresas coinciden en que la ampliación geográfica que permite la implementación de Obras por Impuestos en Áreas de Desarrollo Naranja (ADN) y en proyectos de interés nacional es inconveniente, porque desvirtúa el mecanismo. Obras por Impuestos fue diseñado como una forma de acercar a las empresas a la estrategia de construcción de paz, por medio de focalizar recursos tributarios en los territorios más afectados por la violencia y el conflicto armado. Aunque, formalmente, el gobierno anterior mantuvo la priorización de los municipios con Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) —especialmente en la opción fiducia—, las empresas que han implementado el mecanismo fueron enfáticas en la importancia de que las inversiones sean destinadas, principalmente, a municipios PDET y las Zonas más Afectadas por el Conflicto Armado (ZOMAC). Para ellas, la focalización de las obras en municipios y regiones más vulnerables es clave para contribuir al cierre de brechas en el país.

Inclusive, si se buscaba ampliar los territorios beneficiados por este mecanismo a otras regiones prioritarias, una representante de una empresa del sector extractivo planteaba una pregunta sugestiva: ¿por qué hay territorios sumamente golpeados por el conflicto armado, como el Magdalena Medio, que no fueron priorizados como una subregión PDET?

En efecto, el sector empresarial ve a Obras por Impuestos como un vehículo central para movilizar recursos a regiones que, de otra forma, difícilmente llegarían. Esto es cierto también para las inversiones que hacen las propias empresas en el marco de sus estrategias de sostenibilidad. Aunque la mayoría de las Obras por Impuestos se ejecutan en lugares próximos a las zonas de operación, este mecanismo ha permitido a las empresas llegar a zonas distintas a sus áreas de influencia. Por ejemplo, si se lo compara con la Inversión Social Privada (ISP), esta suele estar limitada —incluso en algunos casos por disposiciones del gobierno corporativo— a las zonas de influencia directa de la actividad de negocio, limitación con la que no cuenta Obras por Impuestos.

En segundo lugar, las empresas coinciden en que hay una baja capacidad institucional para la formulación de proyectos por parte de las gobernaciones y alcaldías locales, cuyos municipios, por su capacidad de recaudo, están clasificados como de quinta y sexta categoría. Por lo tanto, no tienen las capacidades técnicas, recursos financieros o recursos humanos para estructurar los proyectos con los requisitos técnicos y de factibilidad requeridos para su registro en el banco de proyectos de la Agencia de Renovación del Territorio (ART) y posterior ejecución a través de Obras por Impuestos. Aunque ha habido avances significativos, desde sus inicios este ha sido uno los principales retos para el funcionamiento del mecanismo. Las empresas suelen tener que invertir tiempo y recursos en revisar y reformular los proyectos, puesto que un proyecto con fallas en la estructuración puede generar retrasos y sobrecostos, los cuales deben asumir las empresas.

Finalmente, las empresas hacen un llamado al Gobierno a mantener el mecanismo, pues ven en este una oportunidad no solo de pagar un porcentaje de su impuesto de renta, sino también de contribuir al desarrollo del país en las zonas más apartadas y donde no necesariamente llega inversión de otro tipo. Aunque no es un incentivo tributario —las empresas no reciben un descuento en el impuesto de renta; por el contrario, es más fácil para ellas pagarlo directamente a la DIAN de manera tradicional—, sí ven un beneficio en saber a dónde van sus impuestos y en el relacionamiento con las comunidades y las autoridades. Es sobre este punto que las empresas insisten está el mayor atractivo de Obras por Impuestos: un cambio en la manera de relacionarse con la comunidad y la institucionalidad local.

Por eso, como lo sugiere el documento de la FIP, “bien ejecutada, es una fórmula gana-gana para empresas, Gobierno y comunidad” (2022, p. 7). Ganan las empresas (reducción de ciclos de tributación, participación en rendición de cuentas de recursos públicos, mejoras reputacionales, entre otros beneficios), al tiempo que ganan las comunidades y autoridades locales, que ven las obras materializadas. Incluso, gana el Estado, pues los recursos se ejecutan de manera eficiente. De acuerdo con la intervención de ART en el evento, los proyectos de dotación de Obras por Impuestos se ejecutan, en promedio, tres veces más rápido que un proyecto similar ejecutado a través de OCAD Paz.

En definitiva, Obras por Impuestos sigue siendo una alternativa que le interesa al sector empresarial y cada vez se suman más organizaciones que están dispuestas a aprender de su funcionamiento y de las experiencias de sus pares, para llevar a cabo nuevos y más ambiciosos proyectos. Adicionalmente, esta herramienta ha demostrado que el sector empresarial y el sector público pueden trabajar colaborativamente para adelantar con éxito los cambios que el país requiere. Es un mecanismo cuyo mayor desafío es la articulación público-privada, pero, justamente, es ahí donde también reside su principal ventaja y atractivo.

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