El poder de las compras y la proveeduría local

La posibilidad de movilizar recursos del sector privado hacia los PDET es un elemento clave para el desarrollo de estas regiones como mercados. Si bien se ha promovido que las empresas más grandes del país se involucren por la vía de mecanismos como el de Obras por Impuestos y con recursos de inversión social privada, el factor determinante para promover el tejido empresarial está en fomentar las compras en las regiones.

Sectores como el minero-energético tienen obligaciones dentro de sus contratos para la vinculación de mano de obra local y la compra de bienes y servicios en las regiones donde operan.

Cuando los yacimientos de minerales o de hidrocarburos se encuentran en regiones apartadas, difícilmente las compañías encuentran proveedores que cuenten con estándares mínimos para hacer parte de su cadena de abastecimiento, por lo que los flujos monetarios hacia las regiones se concentran en su mayoría en la generación de empleos directos. Por esto, la alineación de las áreas de compras y de inversión social de estas empresas con el ánimo de promover la formación y desarrollo de proveedores en las áreas de influencia de sus operaciones, tiende al fortalecimiento del tejido empresarial local. En la medida en que estas empresas desarrollan encadenamientos productivos, los eslabones locales se hacen más sostenibles y robustos.

Ahora bien, en el caso de otros sectores económicos, el establecer programas de desarrollo y escalamiento de proveedores en los municipios PDET resulta más difícil, e inclusive, menos atractivo. Por ejemplo, en estos territorios los costos de transacción de hacer negocios son muy altos, y aunque existe oferta, en su mayoría de bienes más que de servicios, difícilmente las grandes empresas encuentran el volumen o las condiciones mínimas para establecer relaciones comerciales a largo plazo.

Además de la dificultad de acceso en términos de infraestructura, los resultados recientemente publicados del Observatorio de Inversión Privada dejan ver que en estas regiones hay un tejido empresarial especialmente vulnerable y compuesto en su gran mayoría por mipymes.

Es por esto que desde el Observatorio de Inversión Privada hemos señalado la necesidad de desarrollar esquemas tributarios que incentiven, o por lo menos reduzcan los costos de transacción, para que las empresas vean más atractivo explorar la oferta de bienes y servicios en los PDET. Por ejemplo, por la vía de un descuento en el impuesto de renta equivalente a un porcentaje del valor de las facturas generadas por compras a empresas domiciliadas en estas regiones.​

Esta sugerencia toma en cuenta que las empresas tendrán que destinar recursos para programas de fortalecimiento de proveedores, asegurándose que cumplan con mínimos de formalidad tanto en su estructura empresarial como en la contratación de sus empleados, buenas prácticas de operación, facturación electrónica, entre otros. Pero, pasada esta etapa, habrán afianzado su cadena de valor y, por esta vía, fortalecido el tejido empresarial.

Para las mipymes en los PDET, la posibilidad de encadenarse o de hacer parte de los esquemas de proveeduría de las grandes empresas incentivaría la formalidad, el desarrollo de mejores prácticas, y la posibilidad de más negocios. En esa misma línea, la existencia de incentivos para la compra de bienes y servicios en estas regiones favorece que las empresas formalicen relaciones comerciales en las regiones, se establezcan nuevas empresas y se promueva estas regiones como destino de inversión.

Esperemos que el próximo Gobierno, sin importar cuál sea, promueva incentivos para que haya más y mejores inversiones y negocios que fortalezcan el tejido empresarial. Un sector privado más fuerte y robusto es más dinámico y sostenible que un programa de subsidios.

Anterior
Anterior

Obras por Impuestos: El costo del éxito en PDET

Siguiente
Siguiente

La oferta para la bancarización en los PDET