El diálogo como herramienta de transformación
Por: Francisco Montoya | Director de Diálogo Social en JA&A
Durante los últimos cuatro años he tenido la fortuna de participar en los comités del Plan Buriticá, una estrategia de diálogo interagencial en Buriticá, municipio del Occidente Antioqueño en el que recientemente inició sus operaciones un importante proyecto minero. Una vez al mes, durante tres horas, alrededor de 40 personas entre líderes comunitarios, autoridades locales, funcionarios del gobierno departamental y nacional, y representantes de la academia y el sector privado (incluyendo personal de responsabilidad social de la empresa minera) conversan sobre las necesidades del municipio y se comprometen en soluciones conjuntas.
En estos encuentros los problemas y prioridades de las comunidades buritiqueñas se alinean con las responsabilidades de las autoridades, y con los intereses, posibilidades y compromisos de las organizaciones privadas, haciendo posible la articulación de voluntades, esfuerzos y recursos para aportar al desarrollo del municipio, a partir de una visión compartida del territorio.
Esta alienación es posible porque en estos encuentros están dadas las condiciones para un diálogo fecundo: cada uno de los participantes en los comités del Plan Buriticá aprecia la participación de los otros, los respeta y los escucha con atención, reconociendo el valor de sus aportes. Pero lo más importante es que todos están en un mismo nivel: el estudiante de secundaria está sentado al lado del alcalde y conversa de tú a tú con él, con la directora del hospital y con el gerente de gestión social de la empresa minera.
“El diálogo social más grande del mundo”. Así denominó en 2018 el presidente Santos el proceso de creación de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial -PDET. No era una exageración: en este diálogo participaron alrededor de 220,000 personas de 11,000 veredas en 170 municipios. Siguiendo una ruta metodológica diseñada para garantizar una participación amplia y efectiva de todos los actores del territorio, los habitantes de los municipios PDET, a través de diferentes fases, fueron construyendo los Pactos Comunitarios por la Renovación Territorial y los Pactos Municipales, para llegar finalmente a los Planes de Acción para la Transformación Regional.
Por ser el resultado de este diálogo colosal y por la manera como fueron definidos, podemos afirmar con seguridad que los PDET están orientados a responder a las necesidades reales de los habitantes de los territorios más afectados por el conflicto y con altos índices de pobreza y debilidad institucional.
Pero la participación ciudadana en los PDET no estaba pensada solo para la presentación de las propuestas y el diseño de los Planes de Acción, sino también para su ejecución, seguimiento y evaluación, de manera que los actores de estos territorios son enteramente propietarios de los proyectos que se están desarrollando en el marco de esta iniciativa formidable.
Esta participación amplia, que no se limita a las fases iniciales del proceso, tiene un valor muy grande porque, más allá de las acciones ejecutadas en los Planes de Acción, el diálogo entre los habitantes y las instituciones públicas y privadas es un poderoso agente de cambio de las dinámicas y del tipo de relaciones que han marcado durante décadas la vida de estos municipios.
Por eso, además de los recursos invertidos, hay otra manera como las empresas privadas pueden contribuir significativamente a la transformación de los municipios más afectados por el la violencia y la pobreza: reconociendo como iguales a los líderes y representantes de las comunidades, dedicando tiempo a conversar con ellos, escuchándolos con atención y respeto, dejándose interpelar por ellos, y permitiéndoles influir en las decisiones de inversión en sus territorios. En los municipios PDET, como en Buriticá, la clave sigue siendo la participación de actores diversos, en espacios coordinados en los que además de expresar, se garantice que están siendo escuchados.
Estoy convencido de que ese es un buen camino para seguir construyendo juntos un país mejor.