La Innovación Incluyente en los PDET
Por: Andrés García Trujillo Asociado al Instituto para las Transiciones Integrales (IFIT) y profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia y Nicolás Parra Sánchez Politólogo de la Universidad Nacional de Colombia y pasante del Instituto para las Transiciones Integrales (IFIT).
Después de la firma del Acuerdo de Paz, pequeños y medianos ganaderos del Caquetá que se habían ido de sus municipios por causa de la violencia y se habían radicado en el Huila regresaron a su región y empezaron a invertir de nuevo, al punto que los sectores lácteo y cárnico en el departamento han crecido un 65,63% entre 2015 y 2020[1]. En Santander de Quilichao, aun en medio de un contexto de creciente tensión social y la incursión de nuevos grupos armados, entre el 2016 y el 2020, la economía local estuvo jalonada por emprendedores en el sector de manufacturas[2]. En La Macarena y San José del Guaviare, a pesar de los problemas de seguridad que han vuelto a emerger por cuenta de las disidencias, el ecoturismo comunitario ha conectado en poco tiempo a estas regiones que antes eran solo conocidas por la violencia con el resto del país[3]. Entre 2016 y 2019, este sector aumentó casi en un 40%[4].
Estos tres ejemplos sirven para ilustrar que el bienestar de los habitantes de las regiones focalizadas por los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) pasa no solo por la provisión de bienes públicos —siendo la seguridad el bien esencial por definición—, sino, sobre todo, por la dinámica productiva conducida por una innovación incluyente. Independientemente de si están ubicados en el sector primario, secundario o terciario, los emprendedores están en la base de la creación de valor[5] y, por tanto, de desarrollo, especialmente en escenarios de construcción de paz.
De cara al fin del actual ciclo político, hay que ver la sostenibilidad de los PDET después del 2022 más allá de la financiación pública —que, por supuesto, habrá que conseguir y ejecutar con eficiencia[6]— y dimensionar el rol que tiene en esta el sector privado. Este sector, específicamente cuando tiene un carácter innovador, es fundamental para asegurar que en estas regiones haya economías pujantes a largo plazo, y, por esta vía, mejores niveles de vida, mayores niveles de exigibilidad democrática y, en últimas, condiciones de no repetición de la violencia.
A nivel macro, el dilema es muy sencillo: o de verdad aprovechamos como país los próximos cinco años la ventana de oportunidad para consolidar la transición del conflicto a la paz y hacer el salto cualitativo a nivel socioeconómico e institucional, o nos quedamos en un statu quo en el que fácilmente continúan reproduciéndose los niveles de violencia y desigualdad del pasado.[7]
Las lecciones de otros países que han experimentado procesos de transición similares saltan a la vista. En un estudio reciente, el PNUD comparó las trayectorias de desarrollo de un conjunto de estos países.[8]Algunos de estos (Bosnia Herzegovina, Irlanda del Norte, Azerbaiyán y Angola) dieron un salto en esta etapa de postconflicto en su valor agregado, logrando una recuperación económica robusta integral. Otros, por el contrario, no aprovecharon este periodo; de hecho, sus economías se estancaron e incluso algunos retornaron a la violencia (Nicaragua, Guatemala, Papúa Nueva Guinea y Burundi).
Un factor clave en los países relativamente exitosos fue la calidad de la inserción del sector privado en la transición, especialmente en cuanto a su capacidad de generar valor agregado e innovación (que se tradujo en competitividad, empleo, ingresos y mejores condiciones de vida). En Belfast, por ejemplo, la capital de Irlanda del Norte que estuvo tan golpeada por la violencia entre las décadas de 1960 y 1980, jugó un papel preponderante la industria del software y de desarrollo tecnológico[9] en la transformación económica y social de la ciudad, a partir de la firma del Acuerdo del Viernes Santo en 1998. La industria presentó importantes avances que se vieron reflejados en varios indicadores: los empleos en la industria pasaron de 7.800 en 1991 a 25.000 en 1999; el número de empresas en ese mismo periodo aumentó de 365 a más de 800; y, a nivel agregado, el sector presentó una tasa anual de crecimiento promedio del 15% durante esa década. [10]
Este ejemplo de Irlanda del Norte es pertinente porque muestra que resolver el dilema macro a nivel de país exige observar la dinámica subyacente de desarrollo a nivel micro y meso. Es en la creación de esta dinámica donde los emprendedores juegan un rol clave, ya que están dispuestos a correr el riesgo de invertir e innovar en contextos difíciles.[11] Estos emprendedores, con la suficiente constancia en el tiempo y unas economías de escala mínimas, pueden impulsar procesos de encadenamientos productivos y valor agregado a nivel del entorno empresarial y del conjunto de la economía regional (es decir, que van más allá de la firma o empresa).
Ahora bien, para que las inversiones tengan un efecto regional favorable en términos sociales e institucionales estas deben estar orientadas por su carácter de innovación incluyente. Es decir, deben ser negocios que apunten a generar nuevos productos, servicios, ideas y procesos organizacionales con un alto impacto en el empleo y la distribución de los excedentes. Es este tipo de negocios los que permiten generar un círculo virtuoso de desarrollo.
En este círculo, la inversión y la innovación conducen a la creación de nuevas redes de trabajo, nuevas capacidades individuales y colectivas y nuevas fuentes de riqueza, que terminan por crear un nuevo entorno o tejido empresarial territorial. Este a su vez, conduce a altos niveles de crecimiento, empleo, y condiciones de vida, que generalmente conllevan a la exigibilidad de mejores resultados por parte de los gobiernos locales y reformas institucionales encaminadas a la transparencia y la democracia,[12] que terminan por reforzar el ambiente favorable a la inversión y el crecimiento. Todo esto va creando nuevas oportunidades de desarrollo humano y de capital social que aumentan las posibilidades de reconstrucción del tejido social, la reconciliación y la construcción de paz.
Este proceso, que pareciera un poco abstracto planteado así, lo está mostrando con cifras contundentes el Observatorio de Inversión Privada, que está midiendo cómo ha venido aumentando en los municipios de los PDET la densidad del tejido empresarial y la diversificación económica. Entre 2016 y 2019 (hasta antes de la pandemia), el número de empresas nuevas en estos municipios pasó de 10.990 a 18.856, es decir, tuvo un crecimiento del 58%.
Otros índices pertinentes son los de desarrollo endógeno del Departamento Nacional de Planeación[13] y las matrices insumo-producto a nivel regional[14] , que también evidencian cómo en la base del desarrollo está la inversión en sectores con capacidad de arrastre hacia adelante y hacia atrás.
Los emprendedores de miel en Montes de María, de productos de cacao en El Charco, Nariño o de danza en Tumaco[15], están mostrando el valor de crear una cultura emprendedora en zonas de conflicto como fundamento para la transición incluyente. Estas mejoras y cambios sociales de fondo son la base para una paz transformadora que no se reduzca a la ausencia del conflicto armado sino sea realmente una paz integral y que represente cambios sociales y económicos favorables para la sociedad en su conjunto.
[1] Torrijos, R (2020). “Cifras de Contexto Ganadero Caquetá 2020”. Comité Departamental de Ganaderos del Caquetá. Florencia, Caquetá
[2] (2021) Economía- Alcaldía Municipal de Santander de Quilichao. https://www.santanderdequilichao-cauca.gov.co/MiMunicipio/Paginas/Economia.aspx
[3]Parques Nacionales Naturales. “Parque Nacional Natural Sierra de la Macarena continúa fortaleciendo el ecoturismo comunitario”. Consultado en : https://www.parquesnacionales.gov.co/portal/es/parque-nacional-natural-sierra-de-la-macarena-continua-fortaleciendo-el-ecoturismo-comunitario/
[4] (2020) “Estadísticas Departamentales- Guaviare”. Ministerio de Comercio, Industria y Turismo. Centro de Información Turística de Colombia. Consultado en: https://www.citur.gov.co/estadisticas/departamental#gsc.tab=0
[5] Mariana Mazzucato. (2019). El valor de las cosas: Quién produce y quién gana en la economía global. Madrid: Taurus.
[6] Facultad de Economía, Universidad Externado de Colombia. (2021). “Fuentes de financiación de los PDET”. Evento realizado el 2 de septiembre de 2021 en la Universidad Externado de Colombia con la Consejería para la Estabilización y la Consolidación, Bogotá. Disponible en: https://www.facebook.com/posconflictoco/videos/262986165486695
[7] Facultad de Economía, Universidad Externado de Colombia. “Tejiendo un Acuerdo por la Vida.” Evento de conmemoración de los cinco años del Acuerdo de Paz, Universidad Externado de Colombia. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=3UJNT9JE6HA&list=LL
[8] UNDP. (2008) “Crisis prevention and recovery report 2008.Post-Conflict Economic Recovery Enabling Local Ingenuity”. United Nations Development Programme. Bureau for Crisis Prevention and Recovery. Disponible en:https://www.undp.org/publications/crisis-prevention-and-recovery-report-2008-post-conflict-economic-recovery-enabling
[9] Solleiro, J (2015) “Estado del arte de clusters de tecnologías de la información”. Fondo Mixto Conacyt-Gobierno de Nayarit. Cambiotec, A.C., Oficina de Transferencia de Conocimiento Certificada. México. p. 85
[10] Crone, M. (2002). “The Irish Indigenous Software Industry: Explaining the Development of a Knowledge intensive Industry Cluster in a Less Favoured Region”, 42nd Congress of the European Regional Science Association.
[11]Kaplan, Seth y Magendzo, Adrian. (2019). Entrepreneurs as Peacebuilders in Fragile States. Institute for Integrated Transitions (IFIT). Disponible en: https://ifit-transitions.org/wp-content/uploads/2021/03/Entrepreneurs-as-Peacebuilders-in-Fragile-States.pdf.
[12] Velásquez, Mauricio. (2017). “Peasant differentiation and service provision in Colombia”. The Journal of Agrarian Change 17 (4): 779-788. DOI:10.1111/joac.12234.
[13] Jiménez, W (2015) “Índice de Desarrollo Endógeno”. Departamento Nacional de Planeación. Consultado el 17/11/2021 en https://colaboracion.dnp.gov.co/CDT/Inversiones%20y%20finanzas%20pblicas/PPT%20IENDOG.pdf
[14] Cespedes, E. Piraquive, G (2020) “Matrices insumo-producto en un análisis regional Aplicación: efectos de política económica frente al Covid-19”. Departamento Nacional de Planeación. Dirección de Estudios Económicos. Documento 511. p.22
[15] Ver iniciativas de COMPAZ: https://twitter.com/PaulaGaviriaB/status/1461382107717066752/photo/3