PDET: Escapando hacia adelante

Por: Jaime Arteaga | director general de Jaime Arteaga & Asociados


La inversión social privada en las regiones PDET, solamente en 2020, fue casi de medio billón de pesos[1]. Esto en medio de una crisis económica en la vimos una caída del crecimiento del PIB del 6.8%[2], para el mes de julio un aumento en la tasa de desempleo del 9.5% frente a Julio del 2019[3] y, aunque la inflación se mantuvo estable en 1,6% para el 2020, a julio de 2021 la variación anual es de 3,9%[4], representado un desafío importante en la recuperación económica de los sectores más vulnerables. Lo anterior, refleja lo que posiblemente es la peor crisis económica de las últimas décadas, una profunda crisis social y el innegable deterioro de las condiciones de seguridad en estos territorios. Sin embargo, sería equivocado afirmar que el alto monto de inversión social privada sólo se trata de una mera reacción filantrópica, pues responde también a la necesidad que tiene el sector privado de generar entornos sostenibles para seguir generando valor empresarial.

Según lo han advertido numerosos expertos, la pandemia que afectó a todo el mundo profundizó las brechas entre sociedades pobres y ricas. Colombia no ha sido la excepción, y la resiliencia de los territorios que históricamente han sido afectados por la pobreza y la violencia ha sido puesta a prueba una vez más. Aunque para algunos de estos territorios las condiciones de aislamiento y abandono imperantes harían que la afectación fuera marginal, la mayoría de estas regiones atestiguaron el retroceso en algunos de los logros que habrían obtenido desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, no sólo en lo económico sino en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

 

Mientras que la mayoría de nosotros vería en esta circunstancia, la del deterioro de estos territorios una razón para replegar cualquier interés en ellos, el sector privado encontró el valor que encierran estos territorios en el largo plazo y decidió “escapar hacia adelante” aumentando sus esfuerzos por dar estabilidad a unas regiones que ofrecen el espacio para ampliar las operaciones y generación de riqueza.

Las grandes empresas nos están enseñando que, debajo de todas las dificultades que representan la pobre presencia del Estado, la presencia de economías ilícitas y grupos criminales, y la muy deficiente infraestructura en los PDET, existe aún un futuro por construir más allá de la frontera que nos había marcado la pobreza y la violencia, o como diría Anatole France: “El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen”.

[1] Tomado del Índice de Inversión Social Privada -IISP- 2021, de Jaime Arteaga y Asociados.

[2] Datos obtenidos del Banco Mundial

[3] Datos obtenidos del Banco de la República

[4] Datos obtenidos del DANE

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