Tienda Los príncipes, emprendimiento en María la Baja
Me llamo José Antonio Caraballo Tejedor, hombre emprendedor porque así lo requieren los tiempos en que actualmente vivimos. Soy hijo adoptivo del municipio de María la Baja, el cual se encuentra localizado al noroccidente del departamento de Bolívar, en la zona de influencia del Canal del Dique y región PDET de los Montes de María.
Esta historia de emprendimiento se remonta al 3 de enero de 2019, fecha de nacimiento de Mateo y María José, mis gemelos bicoriales. Luego de este gran acontecimiento siguió la lucha por salvar la vida de su madre y controlar las secuelas posoperatorias. Nueve días después de hacer los médica y humanamente posible, falleció.
Ante el deceso de mi esposa, mi hermana viaja desde Venezuela hasta mi querida María la Baja para ayudarme con el cuidado de mis pequeños. Desde entonces, empieza la carrera maratónica por enfrentar la vida con dos niños prematuros que requerían de cuidados especiales, y la necesidad de encontrar la forma de generar ingresos. Para esos días, mi hermana me dijo: “en la esquina hay un local que tiene dos meses desocupado, arrendémoslo y montemos una tienda como antiguamente había allí”. La idea me pareció bien y por varios días dio vueltas en mi cabeza. Se trata de las tiendas ubicadas en áreas urbanas, las cuales ofrecen al público una amplia variedad de productos como abarrotes, refrescos, carnes frías, frutas, lácteos y productos de limpieza, entre otros.
Posteriormente, me di a la tarea de consultar con personas que tenían experiencia y conocimiento acerca de dicho negocio. La investigación acerca del tema me arrojó como resultado que la inversión era buena y rentable, su único riesgo eran los créditos y que el dueño no estuviera al frente del negocio. Siendo así, empecé hacer cotizaciones de los productos con varios proveedores e indagué sobre los precios de neveras exhibidoras, balanzas para pesar, estanterías, mostradores y demás. Luego de diez días de analizar el asunto, tomé la decisión de emprender el negocio familiar.
Enseguida, nos encaminamos a conseguir el capital necesario para empezar. Para ello, hice uso de tres tarjetas de crédito que adquirí con un banco. Acordamos el precio del arrendamiento del local, dimos un mes de depósito por adelantado y el 10 de abril de 2019 empezó a funcionar la “Tienda Los Príncipes”, ubicada en la Urbanización Virgen del Carmen. Inicialmente, dejé el negocio bajo la responsabilidad de dos personas de confianza, pero a los cinco meses no había el efectivo suficiente para hacer pedidos o no se veían los productos en los estantes. Luego mi hermana continuó al frente del proceso, pero siguieron presentándose inconvenientes, pues el negocio se iba descapitalizando por desconocimiento en la forma de administrarlo.
Por ese motivo, el día 10 de mayo de 2020 asumí la administración de la tienda, y en solo dos meses logramos recuperar buena parte del capital y mejoramos la prestación del servicio al cliente. Para ello, fue necesario suspender los créditos a las personas; cuando los morosos llegaban a la tienda le informábamos del cambio de administración y que requeríamos se pusieran al día con la deuda pendiente. También, nos dimos a la tarea de recuperar la confianza de los proveedores, quienes no querían llegar a ofrecer productos por las reiteradas devoluciones.
Así mismo, en plena pandemia, empezamos a ofertar nuevos productos, mientras que nos esforzamos porque no se agotara la existencia de aquellos que eran básicos y conocidos. Con esto, las personas siempre conseguían lo que necesitaban y se iban satisfechos. Esto creó una buena imagen y reputación de nuestro negocio y todos en el barrio empezaron a comprar con más frecuencia; incluso, de otras calles y barrios.
Actualmente, logramos ponernos al día con el pago de las obligaciones. Para la fecha no debemos a ningún proveedor, salvo algunas cuotas que nos faltan para terminar de cancelar las tarjetas de crédito que nos propiciaron el capital con el que inicio el negocio. También adquirimos experiencia, conocimiento y fundamento sólido para invertir, administrar y crecer.
Por último, cabe señalar que emprender en este municipio no es sencillo, ya que, no se cuenta con ningún tipo de apoyo estatal en la materia y no existen políticas de motivación al ciudadano para que inicie su propio negocio. Así mismo, las fuentes de empleo en el municipio son escasas. De vez en cuando se halla oportunidad de trabajo con los palmicultores en oficios varios o con la alcaldía municipal. A pesar de esto, tengo una enorme satisfacción en mi corazón por el paso que se logró dar en medio de las dificultades que hasta el momento había enfrentado en la vida. Ahora visiono ampliar y extender la tienda; motivar a otras personas usando mi ejemplo para que se atrevan a creer en sí mismos, en sus ideas e inicien sus propios negocios.